Hiperactividad en Niños

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad en niños es un trastorno del desarrollo que incluye déficits en la inhibición conductual, atención sostenida y la regulación del propio nivel de actividad para adecuarlo a las demandas de la situación.

El TDAH era definido, hasta hace poco, como un trastorno del comportamiento. Sin embargo, en la actualidad se clasifica dentro de los trastornos del neurodesarrollo, lo que significa que los niños que padecen dicho trastorno presentan un cerebro diferente a quienes no padecen esta patología. Concretamente, es el área prefrontal del cerebro la que presenta una mayor inmadurez, siendo en esta área donde se localizan las funciones ejecutivas (concentración, control de impulsos, regulación de las emociones, organización, perseverancia….).

¿Cuáles son los síntomas de hiperactividad en niños?

Las manifestaciones más frecuentes en niños con TDAH son:

Concentración: suelen tener dificultades para mantener la atención, pero si les presentamos tareas que sean lo suficientemente motivantes para ellos, podrán rendir mucho mejor.

Impulsividad: presentan bastante incapacidad para inhibir o retrasar los impulsos. Puede tratarse de una impulsividad cognitiva o motora. En la primera, el niño pasa de un pensamiento a otro rápidamente, pero esto es algo no observable por los demás. En la motora, el niño no puede controlar sus impulsos motores, lo que es observable desde fuera.

Hiperactividad: dificultad e incapacidad para estarse quietos y concentrados en las diferentes tareas del día a día.

Planificación: una de las principales funciones ejecutivas que están alteradas en los niños y jóvenes con TDAH es la capacidad para planificar determinadas tareas o aspectos a medio o largo plazo.

Control interno del cuerpo: suelen tener dificultades a la hora de manejar, programar y estimar el tiempo que los puede llevar realizar una determinada tarea.

Retraso de la gratificación: los TDAH tienen dificultades para poder aplazar las recompensas y las gratificaciones, por lo que pueden parecer niños muy caprichosos.

Baja capacidad de perseverancia: si el objetivo es a medio o largo plazo y, además, si es una tarea monótona que les resulta poco motivadora, es muy probable que no sean perseverantes, voluntariosos y que no se enfrentan a la tarea.

Reconocimiento de emociones: la inmadurez de la corteza prefrontal en los niños afectados por TDAH les dificulta la tarea de reconocimiento y gestión tanto de sus propias emociones, como las de los demás.

Características del niño con TDAH

En primer lugar, hay que destacar que el trastorno de déficit de atención con hiperactividad se caracteriza por ser un trastorno crónico. Un niño afectado con TDAH será un adolescente y posteriormente un adulto con el mismo trastorno, aunque con una manifestación de síntomas diferentes en intensidad y forma.

También es importante saber que los niños que presentan dicho trastorno suelen tener un cociente intelectual (CI) en la media o superior a la media.

Además de estas características, se podría añadir que son niños que suelen hablar mucho, moverse en momentos que deben estar quietos, les cuesta esperar el turno, se levantan de la silla sin pedir permiso, saltan de una actividad a otra, les cuesta mucho guardar secretos, tocan todo y, por lo general, tienen menos necesidad de sueño y descanso.

Diferencia entre hiperactividad y déficit de atención

Actualmente, la clasificación que se hace del trastorno es la siguiente:

1. El subtipo inatento, la persona que lo padece tiene dificultades para mantener la atención y para organizar tareas, pero no presentan síntomas de hiperactividad.
2. El subtipo hiperactivo-impulsivo, la persona puede mantener una atención adecuada, aunque en principio no lo parezca, pero no puede controlar los impulsos y manifiesta, síntomas de hiperactividad.
3. El subtipo combinado, esta es la tipología más frecuente del TDAH, pues normalmente las personas que son diagnosticadas de este trastorno presentan tanto déficit de atención, como dificultad para regular sus impulsos.

El tipo predominantemente inatento o comúnmente llamado trastorno por déficit de atención supone falta de concentración y distracción. Los niños que padecen este subtipo no son excesivamente activos ni interrumpan las clases. Por este motivo, es más probable que estos síntomas se pasen por alto. A estos niños con frecuencia se les malinterpreta como perezosos, desmotivados e irresponsables.

Los niños con déficit de atención presentan normalmente confusión e inatención, lo que conlleva una importante pérdida de información. Tienen dificultades con la memoria de trabajo y les cuesta mucho retener información nueva. Por otra parte, no se caracterizan por ser niños disruptivos ni agresivos, por lo que no suelen tener dificultades para hacer amistades.

Por el contrario, el niño hiperactivo-impulsivo se muestra muy inquieto, en situaciones inadecuadas corre o trepa de manera excesiva, habla mucho, interrumpe y puede presentar conductas agresivas, lo que le lleva a tener dificultades para entablar amistades o mantenerlas.

¿Qué retos enfrentan diariamente estos niños?

Uno de los lugares donde más sufren los niños que han sido diagnosticados de TDAH es en el colegio, ya que manifiestan mucha dificultad para seguir la dinámica de las clases. No suelen encontrarse cómodos en la escuela ni con las tareas escolares y muchas veces se manifiesta un bajo rendimiento escolar y problemas comportamentales.

También supone un reto para ellos entablar y mantener las relaciones sociales, puesto que la sintomatología que presentan, sobre todo el control del impulso, va a tener repercusiones serias en el ámbito social. Muchos de estos niños son rechazados, señalados y estigmatizados por sus compañeros y amigos, ya que su comportamiento les parece molesto e incómodo. Además, los niños con TDAH a menudo tienen problemas para interpretar las “pistas sociales”, solucionar conflictos interpersonales y para desarrollar soluciones prácticas y útiles en conflictos sociales.

En el ámbito emocional, los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad con frecuencia muestran niveles de tristeza, enfado y agresividad significativamente mayores que sus iguales sin esta patología. Igualmente, tienen más probabilidad de tener una baja autoestima, ya que la imagen que reciben de ellos mismos por parte de los demás es bastante negativa, lo que puede les puede generar un mayor sentimiento de indefensión y una menor tolerancia a la frustración.

Por último, también hay que tener en cuenta que, debido a que los niños con TDAH tienen mayor impulsividad, llevan a cabo más cantidad de conductas de riesgo, lo que a su vez conlleva padecer un mayor número de accidentes en su vida cotidiana.

¿Qué desafíos y frustraciones enfrentan las familias?

En el ámbito familiar, la gran mayoría de las consultas giran en torno al bajo rendimiento escolar y a sus problemas comportamentales, tanto en casa, como en el colegio.

Es frecuente que los padres expresen que la relación y la comunicación que tienen con sus hijos se ve debilitada y deteriorada como consecuencia del TDAH. Normalmente, sienten mucha inseguridad en su proceso de crianza y expresan un mayor nivel de ansiedad.

En cuanto a los hermanos, es muy normal que presenten niveles más altos de tristeza, ansiedad y preocupación que aquellos que no tienen hermanos con este trastorno. Generalmente, son conscientes de que las dinámicas y planes familiares giran alrededor del hermano con TDAH. A veces puede ocurrir que los propios padres les “impongan” la tarea de cuidar de sus hermanos. Toda esta situación hace que puedan presentar baja autoestima, ansiedad y la sensación de no ser importantes para sus padres porque perciben que gran parte del esfuerzo y la atención recaen en el hermano afectado de trastorno de déficit de atención con hiperactividad.