Las actividades para niños con problemas de conducta sirven para muchos padres que se encuentran a menudo con niños que se comportan de una manera inadecuada, que desobedecen sistemáticamente, tienen conductas disruptivas, o bien aparecen unas tremendas rabietas difíciles de reconducir. Estos comportamientos pueden producirse por diversas situaciones como por ejemplo el nacimiento de un hermano, la separación de los padres, dificultades de aprendizaje, altas capacidades…
En la mayoría de los casos sucede que no se sabe bien cómo manejar estas situaciones y aparece la frustración y el enfado excesivo hacia el niño, lo que suele ahondar en el problema en lugar de contribuir a mejorarlo. Por eso desde Brains Nursery Schools queremos compartir en este blog actividades para los padres de niños con problemas de conducta.
La paciencia y el cariño son los principales ingredientes para ayudar a los niños que tienen mala conducta. Partiendo de este consejo, vamos a ver algunas estrategias para trabajar algunos de estos problemas de conducta que aparecen en la etapa infantil.
Lo mejor es poner el foco en lo positivo y aplicar un refuerzo para que los niños tiendan a repetir la conducta adecuada.
Demostrar el orgullo de las conductas bien realizadas a través de un mensaje breve y claro. No conviene hacer regalos materiales, hay que conectar con lo afectivo.
Conviene no dar por hecho lo positivo, sino darle valor para que el niño sienta que se le refuerza. A veces cuando los niños comienzan a tener mal comportamiento, la situación puede empeorar si los padres toman una actitud demasiado exigente y utilizan como técnica principal el castigo. En estos casos, se suele producir un círculo vicioso en el que cuanto peor se porta el niño más se le castiga, y cuanto más se le castiga, peor se porta.
Son los adultos los que tienen que ser capaces de salir de ese círculo dando un giro que el pequeño pueda percibir como un cambio real de actitud. Se debe empezar por reforzarle cualquier conducta que esté realizando bien, aunque sea lo esperado y, esto, sin duda provocará en el niño un cambio de comportamiento positivo que a la vez podrá seguir siendo reforzado.
Es muy importante no hacer comparaciones de un niño con otros, sino compararlo siempre consigo mismo y los progresos que vaya haciendo.
Este tipo de técnicas suelen funcionar muy bien en niños que tienen problemas de conducta entre los 2 y 3 años.
Se pueden trabajar las conductas disruptivas a través de la creatividad y el arte, pues los niños a través de esta actividad pueden proyectar sus emociones y pueden reducir su nivel de estrés, mejorar su nivel de atención, canalizar sus intereses y cultivar habilidades sociales.
Son técnicas que suelen funcionar muy bien para niños superdotados, que manifiestan problemas de conducta y que ante el aburrimiento que les provoca la asistencia a clase, tienden a comportarse mal para llamar la atención de sus profesores y del resto de alumnos.
Es muy importante no encasillar al niño puesto que esto es algo que puede conducir a la conducta no deseada. Es una manera de hacer que se cumplan las predicciones.
Hay que tener mucho cuidado con el modo de transmitir lo que pensamos de ellos a los niños. A través de la conducta no verbal también transmitimos lo que creemos de él.
Normalmente, los niños con problemas de conducta son niños con conducta impulsiva, que no regulan bien las emociones, reaccionando de un modo automático e impulsivo ante una situación y que en general no es la respuesta más adecuada, originando problemas de convivencia tanto en casa como en la escuela.
Para aprender a mantener el autocontrol, hay diferentes técnicas para trabajar. El autocontrol nos proporciona sensación de control interno, es la capacidad de modular y controlar las propias acciones en una forma apropiada a la edad.
A continuación, hay una serie de actividades para poder trabajar el autocontrol con niños. Estas pautas pueden servir para profesores que tienen en el aula niños con problemas de conducta.
Para desarrollar estas actividades nos debemos plantear una serie de objetivos que los niños deben alcanzar:
Los niños deben aprender que cuando no se puede controlar una emoción, sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos, explotamos y aparece el conflicto.
Tenemos entonces que pararnos como cuando un coche se detiene en un semáforo delante de la luz roja de un semáforo.
Después de detenerse es el momento de reflexionar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo, luz amarilla.
Y si nos damos tiempo a pensar, pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto. Es momento de elegir la mejor solución, luz verde.
Se trata de una de las actividades para niños con problemas de conducta más eficaces mejorar el autocontrol. Sobre todo en aquellos momentos en que el niño parece que está a punto de explotar. Básicamente, se trata de la técnica de utilización de imágenes para que tomen conciencia de su comportamiento. De esta manera, el niño será capaz de detectar cuando está a punto de comportarse de manera inadecuada y podrá detenerse a tiempo.
Para poner en práctica esta técnica, hay que pedirle que imagine su interior como si fuera un volcán que representa toda su fuerza y energía. Hay que explicarle que, como muchos otros volcanes, su volcán interior también se descontrola y entra en erupción, haciendo que explote todo lo que lleva dentro.
La idea es que el niño aprenda a identificar las señales de ira y enfado, asociándolas con la lava caliente y la erupción. De esta forma podrá detenerse antes de volver al punto de estallido en el que ya no hay vuelta a atrás.
Una vez el niño sea capaz de distinguir la ira, el enfado, la irritabilidad o la frustración, le debemos enseñar estrategias para aprender a relajarse y ayudarle de esta manera a reducir la impulsividad. Este tipo de estrategias son aparentemente sencillas, pero para ellos, igual que para muchos adultos, suponen todo un reto.
Estas técnicas son aplicables para niños de 4 a 6 años e incluso para aquellos que manifiesten problemas de conducta en Primaria, y no estaría de más que los adultos las aplicáramos una versión adaptada en nosotros mismos para poder manejar el enfado y la ira de una manera más adecuada.
Es una de las actividades más útiles para niños con problemas de conducta de 3 a 5 años. Los niños por lo general se muestran muy atentos ante las historias que les cuentan los adultos y se puede aprovechar esta circunstancia para contarles cuentos que les enseñen a controlar su conducta, a ser más obedientes y a anticipar las consecuencias negativas de una mala actuación.
Los cuentos se pueden narrar en diferentes momentos del día, el momento ideal parece ser el de antes de dormir, pero también puede ser después de la comida o en la merienda. Los horarios son sobre todo si pretendemos que estén muy atentos y lo queremos complementar con una actividad adicional que ayude a reforzar el mensaje del cuento, como puede ser un dibujo o la representación de la historia mediante guiñoles.
El uso de una tabla de puntos ayuda a llevar un registro de la conducta del niño y así valorar en qué medida obedece a sus padres, e incluso si merece o no algún tipo de recompensa por su conducta. Esta actividad para niños con problemas de conducta es recomendable de 6 a 12 años.
La tabla se colocará en un lugar visible para que el niño la pueda ver siempre que quiera y sería conveniente que tuviera un sentido y una apariencia lúdica en el caso de los más pequeños para que fuera motivadora y le incentivara a obedecer. Mientras que en el caso de los mayores, los puntos que van consiguiendo los pueden canjear, según un acuerdo previo, por algo que realmente sea de su interés, como puede ser una salida al parque de atracciones, al cine, entradas para un espectáculo de su agrado…etc.
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