Los celos entre hermanos son un conjunto de conductas inadecuadas, pero muy habituales en las relaciones fraternas, que hay que acoger con naturalidad al tratarse de la expresión de lo que el niño siente cuando llega a la familia un nuevo miembro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas conductas si se enquistan y se cronifican pueden llegar a suponer un problema para la convivencia familiar.
Los padres tenemos un importante papel como moderadores en el conflicto interior que pueda vivir nuestro hijo ante la llegada de un hermano. En primer lugar, debemos aceptar lo que siente y permitirle expresarlo, aunque haciéndole ver cuál es la manera adecuada.
La mejor forma de ayudarlo es enseñarle a expresar sus emociones con palabras que comuniquen sus sentimientos. Tenemos que enseñarle a decir “estoy enfadado”, pero a la vez comunicarle que no está bien que tire los juguetes o pegue. De esta forma aprenderá a expresar sus emociones de manera constructiva. También podemos ponerle palabras nosotros a sus sentimientos cuando son demasiado pequeños para hablar y su única vía de escape es el mal comportamiento: “es muy difícil tener que esperar mientras me ocupo del bebé, por eso te enfadas”.
¿Qué es lo que provoca los celos entre hermanos?
Ante la llegada de un hermanito, el niño siente miedo a perder la atención y el cariño de sus padres, y de manera más intensa, el de su madre.
Los celos en realidad ya sean de la naturaleza que sean, aparecen ante el miedo de perder aquello que amamos. Son una emoción intensa que se caracteriza sobre todo por llevar a cabo conductas inadecuadas que consiguen captar la atención de la persona que tememos perder.
El niño celoso suele portarse mal y esto provoca por lo general una reacción negativa en sus figuras de apego, por lo que se crea un círculo “vicioso” del que el niño no sabe salir, pero tampoco consigue la atención extra que necesita de sus padres. Lo único que consigue son enfados y regañinas, y en el peor de los casos, algún castigo, que no será lo más adecuado para fomentar una buena autoestima y restaurar su confianza.
Esta situación resulta altamente estresante tanto para los padres, como para el propio niño, que puede percibir como su temor inicial a “ser abandonado” ante la llegada del hermano se está cumpliendo.
¿Cuáles son las conductas negativas más frecuentes?
- Rivalidad abierta: hace llegar su desacuerdo con la situación “Quiero que te lleves al hermanito”.
- Actuaciones agresivas hacia el bebé: el desacuerdo pasa de ser solo palabras a ser acción.
- Hostilidad dirigida principalmente hacia la madre: consideran a mamá “la culpable” de la nueva situación y la desobedecen, cogen rabietas, se oponen sistemáticamente a lo que la madre propone.
- Desobediencia, conductas retadoras.
- Hostilidad dirigida hacia sí mismos: muestran actitud de replegamiento, de quitarse de en medio, quizás pensando en que él mismo puede ser el que ha provocado que “sus padres lo quieran menos”.
- Regresiones a comportamientos infantiles: vuelve a conductas ya superadas, a hablar como un bebé, a tomar biberón, a hacerse pis encima…
- Alteraciones del sueño o la alimentación
¿Cómo se debe actuar con un niño celoso?
Hay que tratar de devolverle la confianza. El adulto es el que debe ser capaz de manejar la situación, pues el niño no es capaz de controlarse y cada vez se portará peor.
Por eso, los padres tienen que intentar cambiar la conducta respecto a su hijo. Deben focalizar su atención en todo lo positivo y pasar por alto, en la medida de lo posible, las conductas negativas. Hay que transmitirles un cariño incondicional y verbalizárselo para que el niño recupere la confianza y sienta que sus padres lo quieren igual que antes del nacimiento de su hermano.
¿Cómo prevenir los celos entre hermanos?
Hay que informar al niño con un tiempo suficiente para que se pueda ir haciendo a la idea.
Hacerle partícipe de los preparativos que se vayan haciendo para la llegada del nuevo miembro de la familia.
El día que el bebé llega a casa, los papás vendrán del hospital con unos cuantos regalos que les habrán hecho llegar para el recién nacido. Entre esos regalos sería bueno incluir uno para el hermano mayor y transmitirle que es un obsequio de parte de su hermano.
- Por otra parte, sería muy recomendable mantener las rutinas que hasta el nacimiento del bebé se llevaban a cabo con el mayor. Reconocer el sentimiento celoso del niño como algo natural. Se trataría de acoger más que razonar con el niño.
- Ser tolerante con las pequeñas regresiones que hemos visto que pueden aparecer teniendo en cuenta que son pasajeras.
- Dar al niño la oportunidad de expresar su malestar, aunque controlando sus actuaciones si se considera que puede entrañar algún peligro para el bebé.
- Atender con especial interés a los pequeños éxitos que surjan en este momento valorándolo positivamente y resaltando lo mucho que se le quiere.
- Ofrecerle situaciones que pongan de manifiesto la ventaja de ser mayor o tener hermanos.
- Pedir la colaboración del niño en aquellas tareas del cuidado de su hermano para las que sea capaz y siempre que esté dispuesto a colaborar sin forzar ninguna situación.
- Hay que procurar mantener los hábitos del hermano mayor para que su mundo se descoloque lo menos posible.
- No descartar la posibilidad de consultar con un especialista si no se aprecia una mejoría con el tiempo o si se considera que el sufrimiento del niño es demasiado intenso.
¿Cómo actuar ante los celos de los hermanos mayores?
Mostrar al niño que sufre celos que su creencia de desvalorización es errónea: Valorar y resaltar aspectos positivos.
Acoger sus conductas negativas con serenidad, pero con firmeza para fijar límites.
Dialogar una vez pasado el episodio.
Hay que desmentir verbalmente y con actos sus creencias de inferioridad.
Resumen: La mejor forma de tratar los celos entre hermanos
- Refuerzo positivo.
- Acoger con calma los sentimientos negativos del niño y verbalizarlos: “entiendo cómo te sientes…”. De este modo percibe que los adultos lo entienden y puede aprender a poner nombre a lo que siente.
- Dedicar un tiempo diario en exclusiva al hijo mayor.
- Realizar una actividad semanal en la que, por edad, solo pueda estar el hijo mayor (por ejemplo: ir al cine o al teatro)
- Utilizar cuentos, juego simbólico, enseñarle fotos de cuando era pequeño para que vea que también se le profesaban los mismos cuidados que ahora necesita el bebé.
- Aplicar en todo momento grandes dosis de paciencia y cariño incondicional.
Desde Brains Nursery Schools queremos ayudar en todo lo posible a las familias en la crianza de sus hijos. Dentro de la metodología de nuestra escuela infantil disponemos de un programa de formación para las familias para lograr este objetivo.