
Llega el otoño y, con él, una de las mayores preocupaciones de las familias: la temporada de mocos, tos y las temidas infecciones respiratorias. Es una parte inevitable del crecimiento y de la socialización. Sin embargo, en Brains Nursery Schools creemos en un enfoque proactivo.
Más allá de saber qué es una bronquiolitis (que lo veremos), lo importante es qué hacemos activamente en la escuela y qué podéis hacer en casa para construir un sistema inmune fuerte. En esta guía actualizada, compartimos nuestros protocolos y cómo nuestra nutrición está diseñada para protegerlos.
Entendiendo al enemigo: Las infecciones respiratorias más comunes
Conocer al “adversario” nos ayuda a mantener la calma y saber cómo actuar. Estas son las infecciones más habituales en la etapa infantil.
El catarro común (Resfriado)
- Qué es: Una infección viral de las vías respiratorias altas. Es el “rey del invierno” y, aunque molesto, suele ser leve.
- Síntomas: Congestión nasal, mocos (primero claros, luego más espesos), tos leve y, a veces, fiebre baja.
La gripe (Influenza)
- Qué es: Más intensa que un catarro. También es viral y suele presentarse de forma más abrupta.
- Síntomas: Fiebre alta y repentina (39ºC o más), dolor muscular, malestar general evidente, tos seca y dolor de garganta.
Bronquiolitis (VRS)
- Qué es: Una inflamación de los bronquiolos (las vías más pequeñas de los pulmones), causada comúnmente por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Afecta principalmente a los menores de 2 años y requiere especial atención.
- Síntomas: Comienza como un catarro, pero en pocos días evoluciona con tos persistente, dificultad para respirar (se le marcan las costillas, respira rápido), sibilancias (pitos al respirar) y rechazo del alimento.
Faringitis
- Qué es: La inflamación de la faringe, comúnmente conocida como “dolor de garganta”. Puede ser viral (la mayoría) o bacteriana (por estreptococo), que sí requeriría antibiótico.
- Síntomas: Dolor evidente al tragar, garganta muy roja, fiebre y, a veces, placas de pus visibles en las amígdalas.
El protocolo de salud en Brains Nursery Schools
Saber qué son está bien, pero en Brains Nursery School nos centramos en qué hacemos para prevenirlas. Aquí es donde demostramos nuestro compromiso como escuela de referencia.
Nutrición como escudo
La primera línea de defensa está en el plato. Nuestro equipo de nutricionistas diseña los menús de otoño/invierno específicamente para reforzar el sistema inmune. No es casualidad. Incluimos “superalimentos” de temporada ricos en Vitamina C (cítricos, kiwi, pimiento rojo), Vitamina A (calabaza, zanahoria, boniato) y Zinc (legumbres, pavo, semillas) que ayudan a construir y mantener fuerte su barrera natural.
El mito del frío: Por qué jugar al aire libre refuerza sus defensas
Muchos padres temen que los niños salgan al patio en invierno, pero es una de las claves de nuestro protocolo. Queremos ser claros: el frío no enferma; lo hacen los virus en ambientes cerrados, cargados y mal ventilados. Jugar al aire libre, bien abrigados, oxigena, promueve la síntesis de Vitamina D (esencial para las defensas incluso en días nublados) y reduce drásticamente la concentración de patógenos en el aire que respiran.
Protocolos de ventilación e higiene
El lavado de manos es la base de todo, pero vamos más allá. Aplicamos protocolos estrictos de ventilación cruzada varias veces al día, incluso en los meses de frío, para renovar completamente el aire de las aulas. Esto, sumado a una higiene constante de superficies y material de juego, minimiza la carga viral del entorno y es una de las medidas más eficaces para frenar contagios.
Cómo apoyar su sistema inmune en casa
Esta es una alianza. Nuestro trabajo en la escuela se multiplica si lo reforzamos en casa.
1. El descanso es clave
Un niño que duerme bien es un niño que se defiende mejor. El sueño es el principal reparador del cuerpo. Durante la noche, el sistema inmune se regenera y fortalece. Mantener rutinas de sueño estables y un descanso de calidad es tan importante como una buena alimentación.
2. La receta “anti-mocos” que recomendamos: Crema de calabraza y jengibre
La crema de calabaza y jengibre es una receta llena de betacarotenos y propiedades antiinflamatorias, que vuestros peques van a devorar en casa.
- Ingredientes: 500g de calabaza, 1 patata media, 1/2 cebolla dulce, 1 zanahoria, 1 trocito de jengibre fresco (del tamaño de una uña, para que no pique), un chorrito de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) y una pizca de cúrcuma (opcional).
- Preparación: Pocha la cebolla en el AOVE. Añade el resto de verduras troceadas y el jengibre. Cubre con agua o caldo de verduras. Cuece 20 minutos. Retira el trocito de jengibre (o déjalo si os gusta más fuerte) y tritura todo hasta que quede una crema fina y naranja. ¡Un escudo de vitaminas en un bol!
3. El “sentido común pediátrico”
Saber cuándo un niño no debe ir a la escuela es un acto de responsabilidad colectiva. Con fiebre, malestar general evidente, vómitos, diarrea o tos persistente, la mejor decisión es quedarse en casa. Así, el niño puede recuperarse adecuadamente en un entorno tranquilo y, a la vez, protegemos la salud de todos sus compañeros.
¿Cuándo debo acudir al pediatra?
La mayoría de infecciones virales se curan solas con descanso, líquidos y paciencia. Sin embargo, debes consultar a tu pediatra inmediatamente si observas:
- Fiebre alta (más de 38.5ºC) que persiste más de 48-72 horas o que no baja con los antitérmicos habituales.
- Dificultad para respirar: Observa si respira muy rápido, se le marcan las costillas, hunde el pecho o el abdomen, o escuchas “pitos” al soltar el aire.
- Decaimiento extremo: El niño está apático, muy somnoliento, sin ganas de jugar ni interactuar, incluso cuando no tiene fiebre.
- Rechazo total del alimento o signos claros de deshidratación (llora sin lágrimas, boca seca, moja poco el pañal).
- Coloración azulada en labios, uñas o alrededor de la boca.
Las infecciones respiratorias son una parte inevitable del crecimiento y de la construcción de un sistema inmune fuerte. Pero la forma en que las gestionamos marca la diferencia.
En Brains Nursery Schools, aplicamos un enfoque proactivo de 360º, desde la nutrición que servimos en nuestras cocinas propias hasta los protocolos de ventilación en nuestras aulas. Estamos comprometidos con su salud, no solo con su educación.
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