Cada nuevo año nos proponemos cambiar algo en nuestras vidas. Hacer deporte, dejar de fumar, cambiar de trabajo… Pero pocas veces nos planteamos mejorar nuestro entorno y nuestras relaciones. Si sois padres, sabréis, por ejemplo, lo difícil que es pasar tiempo de calidad con los hijos debido a la vida ajetreada que tenemos la mayoría. Sobre todo, tiempo de calidad, en el que estemos concentrados en ellos en su totalidad.
No es un tiempo que deba dedicarse mientras se está haciendo cualquier otra cosa, más vale la calidad que tenga este tiempo que la cantidad. Desde Escuelas Infantiles Brains queremos darte algunos consejos acerca de qué hacer para que el tiempo que pases con tu hijo sea de la máxima calidad posible.
¿Qué es pasar tiempo de calidad con los hijos? – Crece con él
Lo esencial es desarrollar una buena confianza y comunicación que le demuestre desde muy pequeño que puede contar con vosotros y que seréis su principal fuente de apoyo y seguridad ante las dificultades. Pasar tiempo de calidad con los hijos se trabaja cada día. La forma más sencilla de empezar es dar el primer paso. Preguntarle qué tal le ha ido el colegio, valorando cada cosa que hace, haz actividades en familia y animándole en sus proyectos. Si se da el caso de que tu hijo es más pequeño, disfruta creciendo con él, observando el mundo desde su inocencia y aprendiendo cada día junto a él. Así, el niño encontrará un compañero de viaje y será más fácil transmitirle los valores con los que convivirá.
En este punto, sería importante crear historias con tu pequeño, haciendo sus propios cuentos, con sus experiencias con el objetivo de que empiecen a ser conscientes de que están creciendo y que hay y habrá cambios en su forma de hacer las cosas.
O, por otro lado, aprovechar cada mañana, despertarlo de la mejor forma, para que no relacione con algo negativo despertar para ir al colegio. Todos esos momentos, es tiempo que pasas con tu pequeño, hábitos que le transmitirán disciplina de una forma positiva.
Tenle en cuenta en tus decisiones
Desde que vuestro hijo nace, somos los referentes directos de su educación y forma de ver el mundo. Este papel es muy importante, pero también tenemos que aprender a tenerle en cuenta en las decisiones que tomemos, sobre todo, en las relacionadas directamente con su crecimiento.
Este hecho estará muy relacionado con el punto anterior, para saber preguntar antes hemos tenido que escuchar y, luego, saber explicar por qué se tiene que tomar una u otra decisión.
Por supuesto, esto no quiere decir que les tengamos que obligar, simplemente se trataría de saber qué le parece ese “nuevo cambio” en su vida. Tener en cuenta a los pequeños les hacen asumir su responsabilidad para con la familia y saben que tienen un espacio que deben cubrir entre sus padres y hermanos.
Hagas lo que hagas, que sea con cariño
Además de saber escuchar, enseñarles valores y proponerles tomar decisiones, es muy importante la forma en que se haga. Tenemos que mantener esa premisa, para que aquello que le hagamos llegar sea de la manera más cariñosa para el pequeño. En estos años, el niño es una “esponja” y todo lo que percibe lo recordará durante su crecimiento. Por eso, cada día tenemos que encontrar un rato para leerles un cuento, hablar sobre sus ambiciones y/o sueños, hacerles sentir que crees en ellos, estar atentos de cada movimiento que hagan, jugar a sus juegos, etc.
Estos aspectos definirán tu relación futura con tu hijo. Si éste tiene confianza y te ve como un referente que le ha aportado conocimiento desde el cariño y la paciencia, se sentirá reconfortado en confiarte cada uno de los cambios que vaya teniendo en un futuro. Sea como sea, tenemos que recordar que estamos educando a una persona para que salga al mundo exterior y se convierta en un “buen tipo”. Y eso requiere un tiempo que sin duda, te merecerá la pena.